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martes, 29 de octubre de 2013

A falta de pan de muerto: Galletas suaves de naranja!!

Hace un año que comencé a curiosear en el mundo de la repostería. Era octubre y mis primeros cupcakes los hice para nuestro aniversario (de Leo y el mío :P) y la segunda hornada fueron unos cupcakes de chocolate para Halloween...

Me divertí mucho el año pasado y me encantaron como salieron las calabacitas (para ser la primera vez que modelaba en fondant). Pero llevo unas semanas reflexionando que este año no quería celebrar nuevamente el Halloween, sino retomar la tradición del Día de Muertos de México, mi país de origen.

Y creo que ahora entiendo por qué prefiero esta tradición mexicana en lugar del Halloween: la primera me parece que transmite un significado más profundo, cargado de amor y respeto hacia nuestros seres queridos que han muerto. En cambio, la cultura norteamericana en particular, se ha encargado en las últimas décadas de explotar el lado menos virtuoso (pero sí el más comercial) del Halloween, promoviendo simplemente los elementos que más venden, infundiendo temor hacia la muerte, pretendiendo alejarla, personificando el terror.

Es por esto que este año decidí poner por primera vez un altar de muertos, especialmente en honor a un ser querido muy cercano que falleció hace unos meses...


Un elemento constante en este tipo de ofrendas o altares, es el pan de muerto.

Busqué la manera de hornear uno en casa, pero no encontré el agua de azahar, que es un ingrediente importante de este pan...y además aún no he incursionado en el mundo de la bollería y no me atreví a hacer experimentos si no contaba con todos los ingredientes. Así que a falta de pan...galletas.


Después de varios experimentos logré hornear unas galletas suaves de naranja en forma de pan de muerto. Finalmente al agua de azahar se extrae de la flor de naranjo, y la naranja es otro de los ingredientes clave de recetas tradicionales del pan de muerto, así que me puse manos a la masa y este fue el resultado:


Unas galletas grandes (como del tamaño de un pan de muerto pequeño) suaves por dentro porque llevan zumo de naranja y crujientes por fuera por estar barnizadas con huevo y espolvoreadas con azúcar que se doró lentamente en el horno...

Reservé un par para la ofrenda, guardé otras para obsequiar, y las demás, desaparecieron el mismo día :(
Me quedé con ganas de más, jaja! Y las que están ahora en el altar me están tentando...pero no puedo. Hasta que pase el 2 de noviembre :)

Y ahora, la receta!

Galletas de naranja para el Día de Muertos
(a mí me salieron 10 galletas de unos 12cm de diámetro + una mini :P)

Ingredientes para la masa:

  • 500 g de harina
  • 2 huevos
  • 150 g de mantequilla a temperatura ambiente
  • 2 cucharaditas de levadura (Royal)
  • 2 pizcas de sal
  • 300 g de azúcar moreno
  • Ralladura de 2 naranjas
  • Zumo de 1 naranja, máximo (ojo! añadir de poco a poco)
  • 1 cucharadita de canela
Para barnizar/decorar:
  • 1 huevo
  • 1 pizca de sal
  • 1 pizca de azúcar blanco
  • 5-6 cucharaditas de azúcar blanco
Preparación:

En un bol batimos el azúcar moreno con la mantequilla. Añadimos los huevos y revolvemos hasta incorporar.
En otro cuenco tamizamos la harina con la levadura, la canela y la sal.
Rallamos las naranjas previamente lavadas e incorporamos a la harina la ralladura.
Luego, volcamos la harina en la mezcla de mantequilla y azúcar.

Revolvemos la masa con espátula hasta que se integre y añadimos el zumo de la naranja de cucharada en cucharada y vamos removiendo poco a poco.
La masa debe quedar con cuerpo suficiente para poder sacarla del bol y amasarla.
Si con un par de cucharadas de zumo queda de esta consistencia, ya no añadimos el resto.
En este punto la masa probablemente esté aún algo líquida como para amasarla a mano, por lo que es mejor meterla a la nevera mínimo 8 horas, idealmente toda la noche, bien tapada con film transparente (yo la dejé unas 13 horas).

Pasado este tiempo sacamos la masa de la nevera y espolvoreamos harina en la encimera o en la superficie limpia donde vayamos a amasar. Amasamos lo suficiente hasta que ya no se nos pegue la masa a las manos (vamos agregando más harina si es necesario) y hacemos nuestras 10 bolas ligeramente aplastadas, como del tamaño de una hamburguesa y las colocamos en dos bandejas. Metemos a la nevera por 30 minutos.

Sacamos una bandeja y a cada bola le quitamos 1/3 parte de masa.
Le damos forma nuevamente a la bola más grande (redonda y ligeramente aplastada).
La tercera parte que habíamos apartado la dividimos a su vez en tres partes iguales.
A dos de ellas les damos forma de cilindro y las marcamos con los dedos para formar los "huesos" que irán encima de nuestro "pan"/galleta. La última parte la hacemos bolita y será el "cráneo" que coronará nuestra galleta de pan de muerto. Ya que hicimos nuestras cinco galletas de esta bandeja, la metemos nuevamente a la nevera y sacamos la otra. Repetimos los pasos para darles la forma de pan de muerto a nuestras cinco galletas restantes.

Metemos a la nevera por 20 minutos más.
Precalentamos el horno a 170ºC con ventilador (190ºC sin ventilador).
Sacamos las galletas y batimos un huevo con la pizca de sal y la pizca de azúcar.
Las barnizamos con una brocha de cocina y espolvoreamos con un poco de azúcar cada galleta.


Metemos al horno por 10 minutos a 170ºC.
Bajamos a 130ºC y dejamos 5 minutos más.
Bajamos a 90ºC y dejamos 5 minutos más.
Bajamos a 0ºC y dejamos últimos 5 minutos.

Sacamos y dejamos enfriar en una rejilla.
Yo me comí esta mini galleta-pan a los 5 minutos de salir del horno :P


De un bocao. Desapareció.

Así lucían las galletas grandes en el altar:


Es lo más que logré para que pareciera un pan de muerto, jiji.

En este sitio encontré un esquema de los elementos más comunes en la ofrenda de muertos y su significado, por si os interesa.

Ah! Y os presento mi primera calaverita de azúcar/fondant, me encantó hacerla :)


Os mando un beso enorme y espero que hayáis disfrutado de este breve paseo por el Día de Muertos.

Ciao belli!!

Gauri

lunes, 14 de octubre de 2013

Cheesecake de calabaza con salsa de cajeta: Bienvenido otoño!!

Hace ya más de un mes que fue cumple de mi mamá, pero la distancia no me había permitido hornearle nada desde que comencé con mis aventuras en el mundo de la repostería!! Tenía tantas ganas de que hacerle mil cosas cuando la viera y gracias a Dios, mi deseo se ha hecho realidad.

En estos días que hemos estado juntas ya le ha tocado probar una nueva versión de mi tarta de zanahoria, que luego os tengo que pasar la actualización ;) Ese mismo día también le tocó zamparse un cupcake de vainilla. Ambos le han encantado: misión cumplida!

Pero yo quería hornear algo especial para ella, y celebrar su cumpleaños aunque fuera con retraso. Así que le dije que escogiera lo que más se le antojara y al mirar la receta de Cheesecake de Calabaza que publicó Raquel de My Cute Cakes, a las dos se nos hizo agua la boca....

Lo que me costaría trabajo encontrar es la crema agria (sour cream), así que escribí a Raquel directamente y se ha portado super maja, me ha respondido rápidamente con qué podría reemplazarla: con yogur griego natural. Decidido. Al día siguiente fuimos a comprar los ingredientes que me hacían falta y también decidí reemplazar la salsa de caramelo por salsa de cajeta...adoro la cajeta!!


Para quienes aún no sepáis qué es la cajeta, en este post de cupcakes de cajeta explico su diferencia con el dulce de leche.

Prometí a Raquel que le compartiría las fotos de mi versión de su receta y que le diría qué tal había resultado de sabor y por el resultado (en dos días desapareció) creeeeo que estuvo bueno, jaja.


Pues ahora, con la receta!!

Cheesecake de calabaza con salsa de cajeta
Adaptación de la receta de Raquel, de My Cute Cakes
(molde de 20cm)

Ingredientes para la base:

  • 250 g de galletas napolitanas sabor canela (puede usarse galletas tipo maría, sólo agregaríamos una cucharadita de canela en polvo)
  • 90 g de mantequilla derretida (aquí sí podemos usar el microondas!)

Ingredientes para el cheesecake:
  • 400 g de queso crema
  • 125 g de crema agria (yo la reemplacé por yogur griego natural, retirando el exceso de suero y agregando media cucharadita de zumo de limón)
  • 120 g de azúcar blanco
  • 1 cucharadita de canela en polvo
  • 1/2 cucharadita de jengibre en polvo (yo usé del picado)
  • 1/2 cucharadita de clavo en polvo (aquí sí merece la pena usarlo ya en polvo)
  • 1/2 cucharadita de nuez moscada en polvo
  • 1 cucharada y 1/2 de harina
  • 1 cucharadita de extracto de vainilla
  • 2 huevos L
  • 200 g de puré de calabaza
  • Salsa de cajeta para decorar


Procedimiento:

Si no tenéis puré de calabaza listo, comenzamos por prepararlo como yo he hecho, siguiendo la receta de Raquel. Sólo necesitamos entre 200 y 300 g de calabaza y agua. Pelamos y cortamos en daditos la calabaza. La ponemos a cocer en un cazo a fuego medio con agua. La dejamos unos 15 minutos o hasta que la calabaza esté ligeramente blanda.


Colamos para retirar el exceso de agua y hacemos puré con una batidora eléctrica.


Lo dejamos enfriar un poco, mientras, preparamos el cheesecake.

Precalentamos el horno a 160ºC (si es con ventilador, a 140ºC) y preparamos un molde con la base desmontable. Yo lo que hice fue untarlo bien con mantequilla, colocar un círculo de papel de horno para la base y para las paredes, eché un poco de harina.

Preparamos la base de nuestro cheesecake:
Trituramos las galletas de canela y les añadimos la mantequilla derretida. Lo mezclamos bien (yo prefiero con las manos) hasta que se integre todo. Extendemos la mezcla en la base y por los lados del molde, presionando para que quede compacta. Metemos en la nevera mientras preparamos el relleno del cheesecake.

Mezclamos el azúcar con las especias en un bol grande.

Agregamos  el queso crema y mezclamos con una espátula. Luego batimos con las varillas eléctricas hasta que la mezcla esté esponjosa. Añadimos la vainilla y los huevos, uno a uno, mezclando después de cada adición. Después añadimos la crema agria (o el yogurt griego natural) y batimos. Añadimos la harina, con cuidado de no sobrebatir la masa una vez añadida. Finalmente, incorporamos el puré de calabaza.

Rellenamos el molde y horneamos por 35 minutos, hasta que los bordes estén ligeramente dorados y al tocar la superficie se note firme y que el centro aún se mueva ligeramente. Lo sacamos del horno y dejamos enfriar por completo en el molde, a temperatura ambiente.


Luego, lo metemos a la nevera un mínimo de 3 horas (idealmente toda la noche) para que quede firme.

Mientras, podemos preparar la salsa de cajeta...mmmm

Salsa de cajeta
Ingredientes:

  • 200 ml de nata para montar (crema para batir)
  • 200 ml de cajeta (yo utilicé la Cajeta de Leche de Cabra, Quemada, marca Real del Potosí que me ha traído mi madre de México. En su defecto, puede sustituirse por dulce de leche)

En un cazo ponemos la nata y la cajeta a fuego medio. No hay que llevarlo a hervir, sólo hay que calentar y remover hasta que se integren bien ambos ingredientes. Retiramos del fuego y dejamos enfriar a temperatura ambiente.



Cuando ya vayamos a devorar degustar nuestro cheesecake, lo desmoldamos antes de servir y decoramos con salsa de cajeta.


ÑAAAAAAM!!

Me encantó el espejo de salsa de cajeta, y está para chuparse los dedos!!


Todos los que probaron este cheesecake, quedaron fascinados. Incluso mi hermano me ha pedido que esta sea la tarta que le prepare para su cumple. Creo que yo he sido la única que le puse un "pero", porque lo único que le cambiaré para la siguiente vez que la prepare, es que utilizaré clavo molido. En esta ocasión molí el clavo yo misma en un mortero y no logra ser tan fino como me gusta (de repente me encontré un pequeño trocito de clavo y me supo muy intenso). Con todo y ese detalle, resultó un éxito. Os tengo que contar cómo queda la próxima vez que la haga!!

Gracias de nuevo, Raquel y espero te guste esta interpretación de tu receta!!

Un abrazo a cada uno, gracias por leernos :)

Ciaooooo!!

Gauri