Me divertí mucho el año pasado y me encantaron como salieron las calabacitas (para ser la primera vez que modelaba en fondant). Pero llevo unas semanas reflexionando que este año no quería celebrar nuevamente el Halloween, sino retomar la tradición del Día de Muertos de México, mi país de origen.
Y creo que ahora entiendo por qué prefiero esta tradición mexicana en lugar del Halloween: la primera me parece que transmite un significado más profundo, cargado de amor y respeto hacia nuestros seres queridos que han muerto. En cambio, la cultura norteamericana en particular, se ha encargado en las últimas décadas de explotar el lado menos virtuoso (pero sí el más comercial) del Halloween, promoviendo simplemente los elementos que más venden, infundiendo temor hacia la muerte, pretendiendo alejarla, personificando el terror.
Es por esto que este año decidí poner por primera vez un altar de muertos, especialmente en honor a un ser querido muy cercano que falleció hace unos meses...
Un elemento constante en este tipo de ofrendas o altares, es el pan de muerto.
Busqué la manera de hornear uno en casa, pero no encontré el agua de azahar, que es un ingrediente importante de este pan...y además aún no he incursionado en el mundo de la bollería y no me atreví a hacer experimentos si no contaba con todos los ingredientes. Así que a falta de pan...galletas.
Después de varios experimentos logré hornear unas galletas suaves de naranja en forma de pan de muerto. Finalmente al agua de azahar se extrae de la flor de naranjo, y la naranja es otro de los ingredientes clave de recetas tradicionales del pan de muerto, así que me puse manos a la masa y este fue el resultado:
Unas galletas grandes (como del tamaño de un pan de muerto pequeño) suaves por dentro porque llevan zumo de naranja y crujientes por fuera por estar barnizadas con huevo y espolvoreadas con azúcar que se doró lentamente en el horno...
Reservé un par para la ofrenda, guardé otras para obsequiar, y las demás, desaparecieron el mismo día :(
Me quedé con ganas de más, jaja! Y las que están ahora en el altar me están tentando...pero no puedo. Hasta que pase el 2 de noviembre :)
Y ahora, la receta!
Galletas de naranja para el Día de Muertos
(a mí me salieron 10 galletas de unos 12cm de diámetro + una mini :P)
Ingredientes para la masa:
- 500 g de harina
- 2 huevos
- 150 g de mantequilla a temperatura ambiente
- 2 cucharaditas de levadura (Royal)
- 2 pizcas de sal
- 300 g de azúcar moreno
- Ralladura de 2 naranjas
- Zumo de 1 naranja, máximo (ojo! añadir de poco a poco)
- 1 cucharadita de canela
Para barnizar/decorar:
- 1 huevo
- 1 pizca de sal
- 1 pizca de azúcar blanco
- 5-6 cucharaditas de azúcar blanco
En un bol batimos el azúcar moreno con la mantequilla. Añadimos los huevos y revolvemos hasta incorporar.
En otro cuenco tamizamos la harina con la levadura, la canela y la sal.
Rallamos las naranjas previamente lavadas e incorporamos a la harina la ralladura.
Luego, volcamos la harina en la mezcla de mantequilla y azúcar.
Revolvemos la masa con espátula hasta que se integre y añadimos el zumo de la naranja de cucharada en cucharada y vamos removiendo poco a poco.
La masa debe quedar con cuerpo suficiente para poder sacarla del bol y amasarla.
Si con un par de cucharadas de zumo queda de esta consistencia, ya no añadimos el resto.
En este punto la masa probablemente esté aún algo líquida como para amasarla a mano, por lo que es mejor meterla a la nevera mínimo 8 horas, idealmente toda la noche, bien tapada con film transparente (yo la dejé unas 13 horas).
Pasado este tiempo sacamos la masa de la nevera y espolvoreamos harina en la encimera o en la superficie limpia donde vayamos a amasar. Amasamos lo suficiente hasta que ya no se nos pegue la masa a las manos (vamos agregando más harina si es necesario) y hacemos nuestras 10 bolas ligeramente aplastadas, como del tamaño de una hamburguesa y las colocamos en dos bandejas. Metemos a la nevera por 30 minutos.
Sacamos una bandeja y a cada bola le quitamos 1/3 parte de masa.
Le damos forma nuevamente a la bola más grande (redonda y ligeramente aplastada).
La tercera parte que habíamos apartado la dividimos a su vez en tres partes iguales.
A dos de ellas les damos forma de cilindro y las marcamos con los dedos para formar los "huesos" que irán encima de nuestro "pan"/galleta. La última parte la hacemos bolita y será el "cráneo" que coronará nuestra galleta de pan de muerto. Ya que hicimos nuestras cinco galletas de esta bandeja, la metemos nuevamente a la nevera y sacamos la otra. Repetimos los pasos para darles la forma de pan de muerto a nuestras cinco galletas restantes.
Metemos a la nevera por 20 minutos más.
Precalentamos el horno a 170ºC con ventilador (190ºC sin ventilador).
Sacamos las galletas y batimos un huevo con la pizca de sal y la pizca de azúcar.
Las barnizamos con una brocha de cocina y espolvoreamos con un poco de azúcar cada galleta.
Metemos al horno por 10 minutos a 170ºC.
Bajamos a 130ºC y dejamos 5 minutos más.
Bajamos a 90ºC y dejamos 5 minutos más.
Bajamos a 0ºC y dejamos últimos 5 minutos.
Sacamos y dejamos enfriar en una rejilla.
Yo me comí esta mini galleta-pan a los 5 minutos de salir del horno :P
De un bocao. Desapareció.
Así lucían las galletas grandes en el altar:
Es lo más que logré para que pareciera un pan de muerto, jiji.
En este sitio encontré un esquema de los elementos más comunes en la ofrenda de muertos y su significado, por si os interesa.
Ah! Y os presento mi primera calaverita de azúcar/fondant, me encantó hacerla :)
Os mando un beso enorme y espero que hayáis disfrutado de este breve paseo por el Día de Muertos.
Ciao belli!!
Gauri